Los presos del Valle de los Caídos

Son muchos los pseudo-historiadores, «hispanistas», políticos, investigadores y periodistas de todo tipo, que desde que el Valle existe, y mucho más ferozmente durante los últimos años, lanzan unas cifras absoluta e interesadamente infladas y distorsionadas sobre el numero de obreros presos que participaron con su trabajo en las obras del conjunto monumental del Valle de los Caídos. Han recurrido siempre a la cifra de 20.000 los presos trabajadores del Valle de los Caídos. De esta manera se intenta avalar, sin conseguirlo, el mantenimiento del mito de que el Valle de los Caídos fue, desde el mismo momento de su concepción, un verdadero campo de concentración franquista para los prisioneros republicanos.

Ya se ha demostrado que esto no es cierto. Nunca, en ningún momento, pudieron existir 20.000 obreros penados republicanos, en la construcción del monumento. De hecho nunca hubo, en los 19 años de construcción del conjunto monumental una cifra siquiera aproximada entre los obreros libres y los penados, de los cuales habría que matizar que no todos eran presos políticos, si no que existía un alto porcentaje de presos comunes, condenados por delitos gravísimos entre los que abundaban los de sangre.

Apelando a la documentación que felizmente ha llegado hasta nuestros días y que hemos tenido la oportunidad de consultar y examinar, podemos asegurar que en diciembre de 1946, cuando las obras estaban en su máxima actividad, el número de obreros penados eran de poco más de 950, cifra que se amplia en 1947 hasta los 1100. En el mes de abril de 1948, los listados de obreros presos, repetimos hasta la saciedad, entre políticos y comunes, arroja una cifra de poco más de 450 individuos, repartidos entre las 4 únicas empresas que mantenían mano de obra reclusa y que daban su nombre a los correspondientes destacamentos penales de los que dependía administrativamente cada recluso, a saber:

– Banús, o de la «carretera», encargada como es fácilmente deducible de la construcción de la carretera de acceso al monumento, así como de las carreteras auxiliares al mismo, siempre dentro de la finca del Valle.
– San Román, o del «monumento», empresa encargada de horadar el Risco de la Nava para la construcción de la Cripta.
– Molán, o del «Monasterio», encargada de la construcción del primitivo monasterio, lo que finalmente terminó siendo el Centro de Estudios Sociales y Hospedería.
– Manuel Rodríguez Crisogno, contratista portugués encargado de realizar la exedra o arquería de entrada de la futura basílica. La presencia de mano de obra reclusa en esta empresa es casi insignificante y en el listado que sigue a estas líneas está integrada dentro de la empresa San Román, o del «monumento».

Habría que matizar que ni en lo que hoy es monasterio y escolanía, ni en la construcción de la propia basílica (tan sólo participaron en la apertura del espacio que ocuparía), ni en la explanada anterior y posterior, ni por supuesto en la construcción de la Cruz, participarían los obreros penados., y en cuanto al Vía Crucis, tan sólo participaron en la construcción de 4 de las capillas.

Como decimos, existe toda la documentación que avala la tesis defendida por esta asociación respecto a la mano de obra penada y de otros muchos (en realidad todos) los mitos que rodean el Valle de los Caídos. De la vasta documentación que tenemos recogida, y en cumplimiento de nuestros fines fundacionales, hoy traemos hasta aquí una mínima parte, quizá hasta hoy inédita. Se trata de los listados de los presos del Valle de los Caídos, correspondiente al mes de abril de 1948. Recordemos, porque es importante puntualizar, que la presencia de presos en el Valle de los Caídos comienza en marzo de 1943 y se prolonga hasta 1950, es decir, tan sólo en 7 años de los 19 de la construcción, existe mano de obra penada en Cuelgamuros.

Con nombres y apellidos. Esto y no otros son: