José Rodríguez-Spiteri lleva unas pocas semanas al frente de Patrimonio Nacional, a donde llega tras una dilatada carrera diplomática que le ha llevado a ocupar puestos de relieve tanto en la Presidencia del Gobierno como en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ha sido, además, embajador en Portugal y Alemania. En su nuevo cargo gestiona 19 palacios y monasterios, 135.000 obras de arte y 21.00 hectáreas de parques, montes y jardines.

(FUENTE: ABC)

—¿Qué proyectos tiene como presidente de Patrimonio Nacional?

—Mi preocupación fundamental es mantener el actual presupuesto, que es de unos 118 millones de euros tras la reducción. Confiamos en que no haya más reducciones importantes porque estamos en el borde operacional y tenemos compromisos de gasto poderosos como, por ejemplo, lo que afecta al Museo de Colecciones Reales y al necesario mantenimiento del Valle de los Caídos.

—¿En qué situación está el futuro Museo de Colecciones Reales?

—Este proyecto empezó en 1998 y, hasta ahora, ha coleccionado todo tipo de contenciosos. En estos momentos, el proyecto va bien. Tenemos presupuesto para este año y el próximo y confiamos en que a finales de 2013 estén terminadas las fachadas. Ahora tenemos que asegurarnos recursos para 2014.

—¿Cómo será?

—Es un proyecto fantástico. Cuando esté terminado, Madrid tendrá una infraestructura de museos espectacular. Mi deseo es que esté para 2016. Son más de 40.000 metros cuadrados y la estructura está ya terminada. El museo tendrá cuatro niveles: tapices, obras de arte, carruajes y, en el cuarto nivel, unos almacenes gigantescos para completar los que tenemos aquí (en alusión al Palacio Real).

—¿Y el Valle de los Caídos?

—Desde el punto de vista técnico, hay problemas de mantenimiento de dos tipos. Unos afectan al conjunto de esculturas y otros a la estructura arquitectónica. Los primeros derivan de la degradación de la piedra de Calatrava, del material de relleno del núcleo central y del montaje de las esculturas. La restauración es cara y compleja técnicamente. Ahora estamos valorando qué podemos hacer por fases y la primera fase es «La Piedad».

—¿Y los problemas estructurales?

—En el proceso de construcción del Valle, el asentamiento de la base de la cruz fue muy complejo. Se inyectó hormigón para estabilizarla, ello afectó al sistema de evacuación del agua y se han ido produciendo goteras y humedades. Queremos ver qué nos cuesta sanear los sistemas de evacuación y tratar de contener las goteras.

—¿Qué otros proyectos tiene respecto al Valle?

—Queremos adecentar ciertas áreas que han estado abandonadas estos años y mejorar el cerramiento de la finca, que tiene 1.300 hectáreas. En estos años se ha creado allí una fauna muy protegida (corzos, ciervos, hurones…) y nuestras idea es que en determinadas épocas del año los visitantes tengan acceso a ese espacio natural. Otra idea que tenemos en marcha es que antes de Semana Santa se volverá a abrir el Vía Crucis, que ha estado cerrado por problemas de falta de mantenimiento, desprendimientos, etcétera. En resumen, vamos por fases. Lo podemos llamar una normalización de la situación en el Valle.

Volver a cobrar la entrada

—¿Está abierto al público?

—Ya está abierto al público, pero lo que vamos a hacer es volver a cobrar las entradas. El Valle generaba unos ingresos del orden de un millón de euros al año y no están los tiempos para renunciar a ellos, entre otras cosas, porque esos ingresos nos van a permitir financiar una parte del mantenimiento. En esto estamos en cooordinación con la abadía. Nada de lo que se haga allí se puede hacer sin acuerdo y en buen entendimiento con la comunidad. Ya hemos entrado en una fase de normalidad. Luego hay otras cuestiones político-religiosas. Y, como dijo la vicepresidenta del Gobierno en respuesta a una pregunta parlamentaria, nada se puede abordar sin un amplio consenso. Estamos abiertos a cualquier sugerencia que implique consenso.

—¿Cuándo se empieza a cobrar?

—Se pretende que el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional tome la decisión el próximo día 20. Llevaremos una serie de propuestas, de actuaciones de mantenimiento, la renovación de las tarifas y alguna otra cuestión. Una vez que lo haya decidido el Consejo se hará la propuesta y los servicios técnicos montarán todo el tema del taquillaje, etcétera.

—¿Cuánta gente lo visitaba antes?

—Unas 300.000 personas. Era el monumento más visitado después del Palacio Real y el Monasterio de El Escorial, dentro de Patrimonio Nacional y de la Comunidad de Madrid.

—En cuanto a las cuentas del Patrimonio, hay una serie de ingresos importantes…

—Generamos cerca de un 15 por ciento de ingresos, que proceden fundamentalmente de las entradas a los Reales Sitios y de las exposiciones. Algunas generan más recursos que otras. Lo que no podemos hacer ahora es nuevas cosas que impliquen incremento de gasto.

—Hay algún gasto que se vaya a hacer de manera inmediata

—Ahora tenemos la necesidad de comprar algunos caballos más para las carrozas de la presentación de credenciales. Un caballo de estos puede costar 10.000 ó 12.000 euros. Cuando se aprueben los Presupuestos Generales del Estado, veremos que márgenes tenemos para actuar.

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6 commentarios

heliodoro · 25 abril, 2012 a las 19:31

Si siguen habiendo hijos de resentidos,por que muchos de sus padres ya no estan,inculcados por el odio al nombre de España, que para ellos supone derechas, y a la Iglesia que para ellos supone moralidad y orden es dificil la reconciliacion de esta nacion, Si ha esto añadimos el oportunismo del separatismo tenemos el gran caldo de cultivo para que un dia Europa se fije en nosotros para acabarlo de arreglar…… y ya sabemos como.

La Harka · 16 marzo, 2012 a las 11:20

La única «pega» para que el Valle recobre la normalidad son los amargados de siempre, y con sólo ignorarlos, ese incnveniente desaparece. Patalearán un poco, o no, según estén de humor, y en tal caso, a seguir ignorándolos.

Comparto las reservas expresadas en los demás comentarios, pero de las palabras del Sr. Rodríguez-Spiteri deduzco que al menos contemplan reabrirlo al público y mantener su actividad de culto y turística. Y teniendo en cuenta la incertifumbre y las ocurrencias de los anteriores «responsables» (es un decir), creo que se ha avanzado algo.

Ver, veremos…

Ciuredhal · 14 marzo, 2012 a las 11:24

Dudo de ese señor y su Partido PPSOE hasta que no vea el final.
Exactamente, no se les ve venir.

el abanderado · 12 marzo, 2012 a las 23:53

Para bien o para mal estos son menos de fiar que los otros; aquellos, al menos, se les ve venir de frente.

Hermenegildo · 12 marzo, 2012 a las 23:51

¿Cuáles son las «otras cuestiones político-religiosas»?

Guripa · 12 marzo, 2012 a las 8:29

«Nada de lo que se haga allí se puede hacer sin acuerdo y en buen entendimiento con la comunidad. Ya hemos entrado en una fase de normalidad. Luego hay otras cuestiones político-religiosas. Y, como dijo la vicepresidenta del Gobierno en respuesta a una pregunta parlamentaria, nada se puede abordar sin un amplio consenso. Estamos abiertos a cualquier sugerencia que implique consenso.»

Ésta es la parte que encierra inquietud. El consenso no es en sí mismo un valor superior. El deber, la razón y el derecho no dependen del consenso, sino de la verdad y de la moralidad. El Valle de los Caídos es un patrimonio común d primer orden en lo artístico y cultural, pero también en lo histórico y religioso, aspectos éstos que son permanente atacados, deformados y mancillados por la izquierda delincuente, es decir, la izquierda, con el consentimiento y la inacción muy frecuente de lo que debiera ser la derecha política.

Los enemigos de la Cruz y de España sabemos quiénes son. Nunca han dejado de mostrar su odio y sus maneras contra ambos conceptos y realidades que van, inequívoca e indisolublemente, unidas de manera absoluta. La protección de nuestras raíces y nuestro pasado, el verdadero, no el inventado, no puede estar a expensas de consensos ni acuerdos. Debe estar garantizado por una labor de protección gubernamental al margen de ideologías, partidos y programas electorales.

El Valle de los Caídos y su historia, significado y contenido es una de las grandes joyas que España tiene para el entendimiento de su propio ser. Su conservación y protección material y espiritual debe estar garantizada de por vida y protegida de la mentira y de las aspiraciones ilegítimas del sectarismo falsificador de la izquierda y los separatistas, todos ellos, como ya he dicho, enemigos acérrimos de la Cruz y de España.

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