Facilitamos aquí un documento del archivo de la ADVC, que aunque cuenta con más de 40 años de antigüedad, es hoy de una actualidad manifiesta. Se trata de una de las actas de las reuniones del «Consejo de Obras del Monumento Nacional a los Caídos» de fecha 14 de junio de 1967 (el Consejo de Obras no se extinguió hasta ese mismo año, ya que estuvo gestionando obras menores que se fueron sucediendo incluso una vez inaugurado el monumento el 01 de abril de 1959).

En este documento, y en su acuerdo tercero se acuerda indemnizar a «todos los empleados del Consejo, abonándoles dos mensualidades por cada año de servicio como indemnización». Estos empleados (escribientes, oficinistas, administrativos, canteros, aparejadores, conductores,albañiles, jardinceros, ingenieros, operarios básicos e incluso el médico, el practicante y el maestro), fueron indemnizados con 60 días de sueldo por cada año trabajado, cifra muy lejana a los 20 días por año que han traído los nuevos y recientes recortes e incluso que los 45 días por año vigentes hasta el último recorte.

Para los malintencionados (que siempre los hay), queremos puntualizar que los famosos obreros penados dejaron de trabajar en Cuelgamuros en el primer tercio del año 1950, por lo que no están incluídos en esta medida.

Se puede descargar este documento pinchando aquí

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3 commentarios

Jesús Carmona · 15 abril, 2012 a las 11:27

Disculpad por volcar aquí un comentario que tiene más que ver con la noticia anterior sobre la Asamblea de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos.

El comentario es sencillo; es un agradecimiento de corazón a todos los que trabajan al frente de la Asociación, en la que no hemos dejado de sentirnos representados una y otra vez a lo largo de estos tiempos difíciles.

Gracias y gracias.

Hermenegildo · 14 abril, 2012 a las 0:40

¿La indemnización era por despido?

Guripa · 12 abril, 2012 a las 23:56

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los políticos de hoy, de esta farsa democrática al servicio de intereses partidistas, es que el pasado no se puede cambiar. En la comparación con el pasado reciente, el del régimen nacido el 18 de julio de 1936, inevitablemente quedan en evidencia las propuestas y las actuaciones de los mismos, pues en aquel régimen la búsqueda de la justicia social era uno de sus pilares fundamentales, mientras que en la farsa actual todo está supeditado a la economía, entendida ésta como la gestión de los intereses de unos pocos privilegiados: políticos, banqueros, sindicalistas de clase y grandes empresarios, quedando el trabajador a merced de todos ellos y considerándose como una mercancía la dignidad de la persona.

Todos los partidos actuales presumen de antifranquistas o de no tener nada que ver con aquel régimen, creyendo que así mejoran su imagen y generan un activo publicitario. Sin embargo, como dice el Evangelio de San Mateo

«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?. Así también todo árbol sano da buenos frutos, pero el árbol podrido da malos frutos.»

La realidad por sí misma les califica como antifranquistas, es decir, anti trabajadores.

A continuación una relación de los logros en materia laboral (cobertura de contingencias) del régimen franquista, de las que hoy se quieren apropiar ilícitamente estos demócratas de hoy (fuente: http://www.fnff.es):

– Seguro de desempleo
– Subsidio de vejez
– Invalidez permanente total
– Invalidez absoluta
– Gran invalidez
– Discapacitados y disminuídos
– Subsidio de ancianidad
– Enfermedad común no laboral
– Subsidio familiar
– Protección a las familias numerosas
– Asistencia farmacéutica
– Asistencia médica
– Asistencia hospitalaria
– Vacaciones retribuídas
– Descanso dominical y días festivos
– Paga extraordinaria de Navidad
– Paga extraordinaria del 18 de julio (conocida hoy como de verano)
– Pagas sobre beneficios
– Convenios colectivos
– Representantes sindicales (liberados)
– Jurados de empresa
– Representación en los Consejos de Administración de las empresas.

La lista es larga y de transcendencia, y estos logros sociales permanecen aún vigentes, aunque sea sólo en parte, pues el retroceso en derechos sociales ha sido constante desde la muerte del Generalísimo, gracias a la labor de zapa y derribo de esta nueva casta social parasitaria, la clase política «democrática».

No hay mejor ciego que el que no quiere ver.

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