El 31 de Marzo de 1959, justo un día antes de la inauguración oficial del Valle de los Caídos, era enterrado en la Basílica de Cuelgamuros, José Antonio Primo de Rivera. En un primer momento la pretensión del gobierno fue que la exhumación de los restos del fundador de la Falange en EL Escorial, se realizara de modo íntimo. A la ceremonia de exhumación tan solo pudieron asistir unos pocos invitados además de la propia familia de José Antonio. El traslado fue otra cosa, ya que grandes masas de gente acompañaron el feretro de José Antonio desde el Escorial al propio Valle de los Caídos.

Presentamos aquí un extracto del NODO de aquel día y un bonito documento como es la copia de las actas notariales, tanto de la exhumación de los restos en el Escorial, como del traslado de los restos e inhumación en el Valle.

 

En una próxima entrada demostraremos que la lápida de la sepultura de José Antonio no coincide con la situación real de sus restos en el subsuelo de la Basílica…

Para descargar el pdf con las actas notariales, pinchar en la siguiente imagen:

 

ACTAS DE EXHUMACION Y TRASLADO DE LOS RESTOS DE JOSÉ ANTONIO

Categorías: Noticias

5 commentarios

Luis Rodríguez casó Serna · 16 noviembre, 2014 a las 16:50

Los que lucharon y murieron por librar a ESPAÑA del comunismo internacional ¿no tienen memoria histórica?lo rime e d las república ¿no tienen historia?l las checas de Madrid ¿no tienen historia?Paracuello del JARAMA ¿no tienen historia?el alcázar de Toledo,el Santuario de la Babeza,Calvo Sotelo,José Antonio,Luis moscardón,los curas,las monjas,los católicos asesinados por el frente popular todo eso ¿NO ES HISTORIA?

Lavinia · 21 marzo, 2014 a las 17:05

Disparaban a las rodillas, para que se retorcieran de dolor. Jose Antonio fue un hombre en toda la extensión de la palabra. Otro rumbo muy distinto hubiera tomado la historia si Primo de Rivera hubiera vivido.

Jose Manuel Silvestre · 25 enero, 2013 a las 11:19

¿Por que ha de destruirse un monumento realizado por españoles? tanto de un lado como de otro y en recuerdo de una contienda.
Los que así piensan, son aquellos que si colocan sus monumentos por las calles, pero no dejan que los demás lo puedan tener. ¿Eso es democracia? yo creo que la convivencia es tolerancia y a mi parecer ellos de eso más bien nada.
ARRIBA ESPAÑA

Hermenegildo · 18 junio, 2012 a las 17:08

«La crisis y la necesidad de sacarle dinero, el ‘argumento’ del Gobierno de Rajoy para reabrir el Valle de los Caídos. El merchandising de Franco ha sido eliminado»

http://www.elconfidencialdigital.com/politica/075548/la-crisis-y-la-necesidad-de-sacarle-dinero-el-argumento-del-gobierno-de-rajoy-para-reabrir-el-valle-de-los-caidos-el-merchandising-de-franco-ha-sido-eliminado

Guripa · 13 junio, 2012 a las 23:18

Cuando quisieron vendarle los ojos, José Antonio rechazó el ofrecimiento meneando enérgicamente la cabeza y gritando un ¡No! tan rotundo, que resonó en todo el recinto carcelario.

Encarado al pelotón y vestido con mono azul y alpargatas raídas, como un auténtico miliciano, miró fijamente a las bocachas de los ocho mosquetones que le apuntaban.

«Su cuerpo -visualizaba Arboleya- se erguía como queriendo zafar sus brazos de los grilletes que aferraban sus manos por la espalda.»

Gritó tan fuerte ¡Arriba España!, que el sonido se confundió con la descarga de sus verdugos.
Dejemos al testigo que siga describiendo la pasión de José Antonio:

«Se quebró su cuerpo -recordaba Arboleya-, cayendo doblado, empapadas en sangre sus rodillas. La chusma allí reunida gritó obscenidades; ni un grito, ni un ¡Ay! en el mártir …

La orden de ejecución preveía esa primera etapa de deleite a los triunfadores del momento … Petrificado, hipnotizado, veía yo hacer, impotente en mi terrible soledad. Fui allí confundido en la masa, aceptando el convite de un huésped de mi misma modesta pensión a quien se le atribuían grandes sospechas de ser soplón. Estaba allí por miedo a hacerme sospechoso de él, a la delación de mis recónditos pensamientos, a la autotraición de mí mismo que ya empezaba a sentir la necesidad de hacer algo en contra de todo aquello que asfixiaba mis sentimientos, que sin duda eran contrarios, cada día con más violencia, a tanta abyecta forma de entender la vida. Estaba harto, todo en mí se rebelaba y, sin embargo, estaba allí petrificado, hipnotizado, medio muerto de miedo quizás.»

Lo que sucedió a continuación, quedó grabado a hierro y fuego en su memoria:

«José Antonio -añadía el testigo- recibió la descarga en las piernas; no le tiraron al corazón ni a la cabeza; lo querían primero en el suelo, revolcándose de dolor. No lo lograron. El héroe cayó en silencio, con los ojos serenamente abiertos. Desde su asombrado dolor, miraba a todos sin lanzar un quejido, pero cuando el miliciano que mandaba el pelotón avanzó lentamente, pistola amartillada en mano y encañonándolo en la sien izquierda, le ordenó que gritase ¡Viva la República! -en cuyo nombre cometía el crimen-, recibió por respuesta otro ¡Arriba España!.

Volvió entonces a rugir la chusma, azuzando a la muerte. Rodeó el miliciano el cuerpo del caído y apoyando el caño de la pistola en la nuca de su indefensa víctima, disparó el tiro de gracia.»

Fuente: «La pasión de José Antonio» de José Mª Zavala ed. Plaza & Janés

De la misma fuente son estas citas de Diego Abad de Santillán, dirigente anarquista y de Julio Anguita, ex secretario general del PCE, respectivamente:

«Seguimos pensando que fue un error de parte de la República el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera; españoles de esa talla, patriotas como él, no son peligrosos ni siquiera en las filas enemigas. Pertenecen a los que reivindican España y sostienen lo español aun desde campos opuestos … ¡Cuánto hubiera cambiado el destino de España, si un acuerdo entre nosotros hubiera sido tácticamente posible, según los deseos de Primo de Rivera.»

«Él supo llegar al problema de España, al definirla por carencia, por vacío. Al no poder decir que España era una zona geográfica o un determinado proyecto histórico, dijo: «España es una unidad de destino en lo universal». Yo he utilizado este concepto varias veces. Él fue, además, un individuo con una concepción estética de la política y de la muerte.»

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