Agencia EFE
Madrid, 19 sep.- La Audiencia Provincial de Madrid ha rechazado la petición de abrir las fosas del Valle de los Caídos hecha por los familiares de varios fusilados de la Guerra Civil, que fueron enterrados en la basílica, para trasladar sus restos al cementerio de su localidad.

 
La petición fue hecha en 2009 por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid en nombre de siete familiares de víctimas, que solicitaron recuperar los restos mortales de una caja colectiva y una individual depositadas en el Valle de los Caídos.

 
Las víctimas, naturales de la localidad abulense de Pajares de Adaja, habían sido fusiladas por un grupo falangista el 20 de agosto de 1936 y arrojadas en un pozo de un paraje de Aldeaseca.

 

En 1959 el Gobierno Civil de Ávila exhumó los restos y los depositó en el Valle de los Caídos, símbolo franquista en el que se enterraron a los llamados «caídos» de la Guerra Civil.

 

El entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón se inhibió del caso en favor del juzgado de San Lorenzo de El Escorial, que lo archivó con el argumento de que los hechos no podían ser ya perseguidos penalmente debido a la amnistía de 1977.

 

Por tanto, también denegó la inhumación al no poderse hacer en un proceso penal cuya acción ya estaba prescrita.

 

Ahora, la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid ha desestimado el recurso de apelación contra esta resolución y reitera que no es el proceso penal al que corresponde decidir dicha solicitud.

 

La Audiencia argumenta que el cementerio-osario de la Basílica del Valle de los Caídos está sujeto a la exclusiva potestad estatal y que la recuperación de los restos de los familiares debió formularse ante «la autoridad administrativa competente», para hacer valer «su derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación», y recabando la tutela judicial a través del procedimiento legalmente establecido, que no es el penal.

 

No obstante, la sentencia recuerda que el informe de la comisión de expertos sobre el Valle de los Caídos, constituida por el Gobierno en 2011, estableció la «extrema dificultad técnica» de estas inhumaciones porque en unos casos no son localizados los columbarios y en otros se encuentran mezclados los restos de numerosas personas.

 

En conclusión, sobre la viabilidad de la identificación, exhumación y devolución de los restos, la comisión llegó a la conclusión de que «el deterioro de las criptas y de los columbarios, unido al volumen de restos enterrados, hace prácticamente imposible su identificación.

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1 comentario

Guripa · 20 septiembre, 2013 a las 21:08

La redacción de la noticia evacuada por la Agencia EFE merece ser estudiada a fondo.

En el Valle de los Caídos no hay fosas, sino osarios y tumbas, porque es un cementerio. Las fosas más grandes y conocidas de España están en Paracuellos de Jarama, localidad en la que el PSOE, la UGT, el PCE y la CNT fusilaron a mas de seis mil españoles inocentes, entre hombres mujeres y niños, el mas joven de 13 años.

Sin que se entienda que defiendo ningún asesinato, porque condeno el crimen y que haya víctimas inocentes en cualquier parte, critico que EFE llame víctimas a quienes quizá fueron asesinos y delincuentes y ello les llevó a pagar caras sus fechorías. La nota no aporta ninguna información que respalde el carácter de víctimas de esas personas, porque quizá fueron delincuentes ajusticiados conforme a las leyes vigentes entonces. ¿Puede EFE probar lo que dice?

El Valle de los Caídos no es un símbolo franquista, como tampoco lo son los pantanos, los hospitales ni los colegios construidos durante los años de gobierno de Franco. El Valle de los Caídos es el símbolo de la reconciliación entre españoles, enfrentados en una guerra producida por el alzamiento de una parte de España, que no se iba a dejar exterminar, contra la chusma que se había apoderado de la Segunda República, el Frente Popular, formado por los partidos de antiespañoles de izquierda (el marxismo es internacionalista y divide al mundo en clases sociales en permanente lucha, no en naciones), los anarquistas, sus sindicatos afines, todos ellos anticatólicos, y los partidos separatistas, también antiespañoles. Cuando el Gobierno Civil de Ávila exhumó los cadáveres para llevarlos al Valle de los Caídos (se llaman caídos de la Guerra Civil los que cayeron en la Guerra Civil, es de sentido común) tuvo la clara intención de darles una sepultura digna y que su sacrificio sirviera también para contribuir a la reconciliación. El que no lo entienda así es porque nunca se reconciliará y porque detesta la Fe Católica. Recordemos que los enterrados en el Valle de los Caídos lo fueron con permiso o por solicitud de sus familiares, habiendo casos en que fueron las autoridades las que ordenaron el traslado al no encontrar familiares a los que solicitarles el correspondiente permiso.

Hacer valer el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación nada tiene que ver con que estén los restos enterrados en el Valle de los Caídos. Esa cita entrecomillada está sacada fuera de contexto para excitar la sensibilidad de la parroquia contraria a la existencia del monumento. La verdad, la justicia y la reparación se dilucidan en un proceso que analice las causas por las que aquellas personas fueron fusiladas, pero esas causas verdaderas nunca interesa aclararlas, tratando de presentar siempre a los ejecutados por los nacionales como víctimas inocentes en todos los casos, cuando la verdad auténtica nos dice lo contrario en muchísimos casos.

La verdad, la justicia y la reparación son las cosas que los gobiernos de esta democracia tan pomposamente presentada como ideal, debieran tratar de ofrecer a las víctimas del bando rojo, cosa de la que nadie se ocupa nunca ni para la que hay subvenciones públicas ni comisiones de expertos, lo que demuestra bien a las claras la calaña de los gobernantes.

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