Visita al frente de Leningrado

27 de Agosto de 2011 –
18:20:15 – Pío Moa

He pasado unos días en San Petersburgo y Nóvgorod, juntocon un grupo de forofos de la División Azul, acompañados de las  respectivas cónyuges, estas menos interesadasn l tema, aunque sí en conocer algo de Rusia. Varios de ellos eran historiadores (Luis Togores, Carlos Caballero, Francisco Torres, Pablo Sagarra, perdón si olvido alguno), algún médico, jurídico, el editor Luis Valiente y algunos militares. Por mi parte, fui por conocer un poco los escenarios de la Galubaia Divisia, en los que transcurre parte de una novela que estoy escribiendo.

Le entrada no fue muy alentadora. Unas tenientillas de aduanas o de la policía, pésimamente educadas, revisaban los pasaportes con expresión de sospecha y casi de amenaza. Debían de haber recibido cursillos especiales de atención al turista en la Cheká o sucesoras. Pero bueno, pequeños detalles sin importancia.

El frente de Leningrado se extendía, en realidad, desde el golfo de Finlancia hasta el Ladoga y desde este,  hacia el sur, hasta Nóvgorod, el Ilmen y más abajo. Aunque esta última parte queda bastante alejada de Leningrado, por ella
intentaron una y otra vez los soviéticos contraatacar para cercar y destruir a quienes asediaban la gran ciudad, en maniobras similares a la de Stalingrado.  Pero voy a referirme ahora al monumento a los defensores de la ciudad en la Plaza de la Victoria.

La historia es bastante conocida y  aún así resulta difícil figurarse lo que supuso aquel asedio: duró casi 900 días, y aunque el abastecimiento de la ciudad no se interrumpió prácticamente, ya que el cerco nunca llegó a completarse, fue siempre muy precario, porque las líneas de suministro estaban al alcance de la artillería alemana. Leningrado tenía entonces unos tres millones de habitantes, aumentados por la riada de quienes llegaban huyendo del avance alemán. Enseguida la situación se volvió
caótica y es imposible saber el número de los que realmente estaban allí. Muchos fueron evacuados o huyeron, pero aun así permaneció sin salida una gran masa de población en condiciones espeluznantes. La ciudad quedó muy pronto
sin electricidad ni agua corriente y los depósitos de alimentos fueron destruidos enseguida por los bombardeos. Las numerosas tropas recibían mejores raciones, y los jerarcas del partido no pasaban hambre en absoluto: ya Lenin había advertido, durante las hambrunas de la guerra civil, que los dirigentes y organizadores debían alimentarse bien, a fin de cumplir adecuadamente su
trabajo. Las víctimas, en u inmensa mayoría a causa del hambre y el frío, se estiman entre 600.000 y más
de un millón, aunque el número preciso difícilmente se sabrá nunca. Para acerse cargo de lo que esto significa, la guerra civil española duró aproximadamente lo mismo y ausó unas 270.000 bajas mortales, entre el frente y el terror de retaguardia,
para una población de unos 25 millones: unas tres veces menos muertos en érminos absolutos y treinta veces menos en términos relativos.  Esto da idea de la magnitud de la guerra en Rsia y del significado de la resistencia en la ciudad.

El monumento consta de un alto monolito a cuyos pies se encuentran las figuras colosales de un soldados y un obrero, y otros grupos escultóricos en bronce  de soldados, partisanos y civiles en actitud heroica. Detrás se abre un círculo con un nuevo grupo escultórico que refleja otra cara de la realidad: una mujer con un hijo muerto en brazos, otra ayudando a un caído, un soldado sosteniendo a otra mujer medio desvanecida. En este círculo, a un nivel más bajo que la calzada, suena apagadamente una música solemne y de duelo entre los muros grabados con banderas, medallas, efigies de Lenin y antorchas de gas. Desde allí se accede a un amplio subterráneo con vitrinas que forman un museo del asedio, mosaicos en varias paredes,  y puede verse un documental con escenas del durísimo invierno de 1941-42, y del día de la liberación.  El conjunto, sobrio y bien proporcionado, crea una atmósfera profundamente emotiva de heroísmo y sacrificio, victoria y dolor.

 A juicio de Pablo agarra, el monumento queda frío: le faltaba algún símbolo (seguramente la ruz, a su juicio) que lo bañara en esperanza. En el documental sonaban los primeros compases, estilizados, de la Internacional, que, creo recordar de cuando era pequeño, eran la señal de Radio Moscú. El himno representaba justamente la esperanza con la que se mantuvo el cerco, junto con el sentimiento de defensa de la patria. ¿Y qué ha sido de esa esperanza? Buen tema para meditar. No obstante, los rusos mantienen en la ciudad numerosos monumentos y recordatorios de Lenin, un personaje demoníaco y que sin embargo debe quedar, porque es parte del pasado de la ciudad: el enigma de la historia y su sentido. En España, en cambio, un gobierno delincuente y talibanesco pretende borrar la memoria de Franco, el personaje que restauró a España como nación  de cultura cristiana.

 Me viene a la cabeza el Valle de los Caídos. Al margen de la función común de recordatorio histórico, tiene algunas diferencias importantes con el memorial leningradense: no respira heroísmo como este, ni propiamente sacrificio, sino más bien duelo,
un duelo profundo al que da sentido (esperanza) la cruz, al menos para los creyentes. Podría ser un buen tema la comparación entre ambos, quizá a los blogueros se les ocurran algunas reflexiones.

 

He aquí algunos rasgos comparativos entre el monumento de Leningrado y el Valle de los Caídos:

El segundo es mucho más grandioso que el primero, pero conmemora una tragedia de mucha menor magnitud.

El primero conmemora una guerra internacional, el segundo una guerra civil.

El primero tiene un tono heroico y de victoria, el segundo de duelo y reconciliación.

El primero es más emotivo, con referencias más inmediatas, anclado en la historia; el segundo tiene un aire más por encima de las circunstancias, incluso de su propia circunstancia histórica. 

El primero es claramente ideológico (efigies de Lenin, hoz y martillo, Internacional), el segundo es religioso.

El segundo no es ni siquiera político: no hay en él efigies de Franco, ni exaltación o recuerdo de los actos heroicos de los nacionales, que fueron muchos, en contraste con los de los rojos, que prácticamente no existieron.

Al menos encuentro estas diferencias, y habrá más. Pero tiene interés reflexionar sobre cómo una esperanza capaz de movilizar energías y sacrificios tan tremendos como los de Leningrado ha resultado al final falsa y terrorífica. Casi siempre los desastres vienen amparados en una mezcla de buenos deseos y de hibris, como ya supieron exponer las tragedias griegas. No
menos interés tiene constatar cómo una rebelión contra la tiranía izquierdista en España, que salvó a la nación y la esencia de su cultura, es escarnecida ahora por sus beneficiarios, muchos de los cuales se identifican de forma estúpida (por lo que tiene de caprichosa, innecesaria, ignorante y fanática) con los políticos criminales del Frente Popular, que llevaron al país al borde del abismo. La izquierda en España ha sido siempre la barbarie, desgraciadamente, y ha encontrado desde la Transición una colaboradora pasiva (al menos pasiva) en una derecha incapaz de comprender la democracia.

Categorías: Noticias

14 commentarios

alonso c · 7 septiembre, 2011 a las 11:22

Una mínima reflexión culta, me confirma que solo nombrar al personaje històrico alemán en este foro, es lo que más puede satisfacer a los que pretenden acabar con el Valle de los Caidos y su SANTA CRUZ. Por mi parte, no lo volveré a hacer ni entraré en discusión por semejante pérdida de tiempo.

    linares · 7 septiembre, 2011 a las 11:50

    No puedo estar más de acuerdo.

alonso c · 7 septiembre, 2011 a las 10:21

Francisco Franco, Caudillo de España y Generalisimo de los Ejercitos, la espada más limpia de Europa según Petain, nunca recibio ayuda criminal alguna, porque si alguien lo afirma está mintiendo; jamás he querido insinuar semejante dislate; solo he dicho y es verdad historica, que sin las «escuadrillas alemanas de «junkers 52» enviadas providencialmente, para pasar el Ejercito de Africa a la peninsula, FRANCO NO HUBIERA GANADO NUNCA LA GUERRA.

Y mantengo, que el español bien informado y sobre todo leal, nunca es desagradecido por no ser mal n…..

Guripa · 6 septiembre, 2011 a las 21:48

No puedo estar más de acuerdo con Luz. Lo que hoy, y desde la usurpación del gobierno por el PSOE de zETAp allá por marzo de 2004, tenemos en España es un nuevo Frente Popular. Los mismos socios que en 1936 y los mismos objetivos y, sí, también una derecha cobarde, complaciente y colaboradora de los enemigos de la Cruz y de España.

Hay que hacer notar un asunto transcendental al hablar de la ayuda de Hitler a Franco: en aquellos momentos los nazis no habían perpetrado los crímenes que sí perpetraron años después, por lo que es ilógico y falso acusar a Franco de aceptar ayuda de asesinos y tiranos (recordemos que Hitler subió al poder como resultado de unas elecciones democráticas). Sin embargo el Frente Popular recibió la ayuda de Stalin (éste sí un tirano revolucionario que nunca tuvo nada de demócrata), que ya se había confirmado como un verdadero asesino sanguinario y tirano. La diferencia es importante, básica y definitiva, aunque muchas veces se impongan las mentiras izquierdistas y las explicaciones de los manipuladores al servicio de los antiespaña, ante la pasividad y la inoperancia de los nuestros (no me refiero al PP, sino a los que se consideran patriotas y defensores de la verdad y la decencia).

Virginia · 6 septiembre, 2011 a las 21:00

Puede que las tropas alemanas ayudaran a España en un momento dado y bueno es reconocerlo pero eso no significa que Franco se identificara con la ideología de Hitler que era altamente perversa, y no lo puedo saber pero supongo que entonces pocos serían del todo consciente de ello.Porque colaborar con un gobierno que sabes a ciencia cierta que es corrupto o que hace el mal o lo apoya y por intereses personales se hace la vista gorda , te convierte en cómplice.Franco rompió con Hitler cuando vió que no era de interés para su país, desconozco igualmente si conocía sus intenciones.En fin corríganme si me equivoco.

Luz Trujillo · 6 septiembre, 2011 a las 18:49

Este gobierno es la reedición del «Frente Popular». Persigue cambiar el sentido claro de reconciliación que emana del Valle de los Caídos, quizás porque sus perversas y malogradas almas piensan que transformando tan hermoso lugar pueden anular el sentimiento que dió impulso a este monumento. Eso lo hace único, porque de él trasciende la grandiosidad de tres sentimientos que lo hacen uno: Espiritualidad, Historia y Arte.
No aprecio similitud en los monumentos; lo que si encuentro es identidad ideólogica entre los que lo levantaron en Leningrado y los actuales gobernantes socialistas en España.

alonso c · 6 septiembre, 2011 a las 15:58

El paso del estrecho de un contingente de tropas (insuficiente) en el llamado «Convoy de la Victoria» en agosto, fue un milagro irrepetible por las dificultades técnicas que suponia organizar operaciones de ese tipo. El único barco de guerra que disponia Franco en esos monentos en Marruecos, era el cañonero DATO, que se perdió en la operación con el sacrificio de muchos marinos. No quedó protección naval mínima para mas transportes por mar. Además, tampoco había barcos en condiciones. El paso masivo, necesariamente tuvo que hacerse con escuadrillas de aviones bien organizadas y entrenadas. La verdad… siempre la verdad.

alonso c · 6 septiembre, 2011 a las 15:40

«Solo la verdad nos hace libres»; es uno de los mensajes evangelicos más penetrantes.

En este foro, desde el principio, muchos amigos seguro que con su mejor voluntad de mejor defender la integridad del Valle de los Caídos, mencionan a Hitler para argumentar sus opiniones.

Nunca he querido entrar al trapo histórico, por considerarlo perjudicial interponer al citado personaje en nuestras buenas intenciones de todos de salvar al Valle.

Pero llega un momento, en que la VERDAD debe prevalecer, y no hay mayor VERDAD, que si Hitler no hubiese mandado en circunstancias dramaticas las escuadrillas de aviones de transporte «JUNKERS 52» en los momentos más críticos de julio 1936, el EJERCITO DE AFRICA NUNCA HUBIESE PODIDO SER TRANSPORTADO A LA PENINSULA EN EL PRIMER PUENTE AEREO MILITAR DE LA HISTORIA. La poderosa flota roja dominaba el paso del estrecho que estaba bloqueado, y no permitía el paso masivo de legionarios y regulares, que fueron los que decisivamente consiguieron salvar el Alzamiento. Sin su intervención providencial llegados en aviones ALEMANES, las guarniciones levantadas hubieran sido aplastadas. El español siempre ha tenido fama de ser agradecido; y si en este caso no lo considera debe serlo, al menos, no sea desagradecido.

Virginia · 6 septiembre, 2011 a las 15:23

No los compara por sus parecidos sino por sus diferencias.Y a pesar de ser tan graves el Valle es atacado. Son argumentos en contra de la ideología comunista, entiendo yo.

Un saludo a todos.

José Manuel (LOBO_IBERO) · 6 septiembre, 2011 a las 12:27

Sin lugar a dudas, un gran articulo, y en lo relacionado a «las vacaciones», como siempre suelo decir, nunca esta de mas, ni de mal, tomarse algunos dias de vacaciones..en mi caso particular, este año no las he tomado..por lo que siempre he estado en las trincheras…Y a parte de eso, estoy convencido y seguro, que la ADVC, ha seguido al pie del cañon, y en vanguardia, aunque no se exponga en este Blog…
Un cordial saludo como siempre.

¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!

    linares · 6 septiembre, 2011 a las 15:04

    Aún de vacaciones, venimos con los deberes hechos…

Guripa · 6 septiembre, 2011 a las 12:10

Como ya ha comentado Pablo en otra entrada todos tenemos derecho a unos días de vacaciones, por lo que el blog ha estado sin actualizarse. Sin embargo puedo asegurar que la actividad real no sólo no ha parado un segundo, sino que ha sido importante e incesante. Pablo no ha descansado prácticamente ni un día.

Dicho esto, diré que no me parecen oportunas las comparaciones entre el Valle de los Caídos y ningún otro monumento. Tampoco las explicaciones que se tratan de argumentar metiendo en ellas al Caudillo y a otros dirigentes coetáneos, porque es poner en un plano de cierta igualdad a un hombre único, patriota donde los haya, católico profundo y militar desde la raíz de su ser, con otros personajes cuya mayor «virtud» fue su egolatría, su concepción mesiánica de su propia existencia y el desprecio absoluto por la vida humana, exactamente lo contrario a Franco. Seguir esa línea argumental da cancha a las izquierdas y los separatismos, que son los realmente próximos a Lenin, Stalin o Hitler.

En cuanto a diferencias del Valle con otros monumentos no me interesa la polémica que propone Moa, con quien casi siempre coincido en los análisis. El Valle no puede ser comparado con nada, porque no se puede y porque no lo necesita para existir. No hay que defender el Valle en relación a nada, sino por lo que es en sí mismo.

Virginia · 6 septiembre, 2011 a las 11:32

Por fin una entrada!! pensé que se había parado el tiempo para la ADVC.

Me parece de una lógica aplastante el artículo de Pío Moa, y encuentro sus argumentos fuertes y reales.
Gracias, Don Pío.

alonso c · 6 septiembre, 2011 a las 11:03

«El primero es claramente ideológico (efigies de Lenin, hoz y martillo, internacional), el segundo es religioso» ; escribe Pio Moa en su interesante relato sobre la diferencia entre el monumento sovietico de Leningrado y el Valle de los Caídos. Aqui está la clave para plantar cara a los bárbaros irracionales que pretenden desmantelar el estatus actual del monumental y único Valle. Todos los católicos, todos, si lo son, tienen que darse cuenta que está en peligro uno de los simbolos más firmes de las raices cristianas de la Cultura Occidental. No hay que bajar la guardia en esta defensa, y todos, cada semana, cada día, cada hora hacer presente la protesta continua. Sin embargo, últimamente, en este foro, parece que «todos» nos hemos ido de vacaciones.

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