Reproducimos aquí el excelente artículo (como siempre) del P. Tomás de la Torres Lendinez en Religión en Libertad, muy certero, puntual, y oportuno, sobre el Valle de los Caídos.

 

Es lugar común a estas alturas de la película que el partido popular por muchos motivos se pegará un batacazo electoral morrocotudo. Las varias razones las puede poner el ingenio insuperable de todos y cada uno de los lectores amigos de este Blog.

Hoy deseo destacar uno de esos motivos:

La cobardía en no derogar todo el tejido legislativo de la ingeniería social zapaterina.

Leyes como divorcio exprés, aborto, educación para la ciudadanía….y memoria histórica deberían estar en el trastero de la inmediata historia de España.

No ha sido así. La actitud melindrosa, la cobardía patológica, el miedo a la calle…de la derecha española producen noticias como la que ayer destacaba este portal:

El Senado rechaza destinar fondos para aplicar la ley de memoria histórica.

¿Ahogando la financiación económica piensa el partido gobernante que la izquierda se olvida de la piedra que le supone en el zapato el Valle de los Caídos?

Qué va, señores del gobierno, qué va. La izquierda en su vuelta al poder si, aún subsiste la pésima ley de memoria histórica, volverá como la burra al trigo deseando “volar” el Valle de los Caídos.

Por lo tanto, la mejor ley de memoria histórica es ninguna. Es su abolición.

Algún día escribiré todas las trapisondas ocultas tras la aplicación de la ley de memoria histórica en ciudades, villas y aldeas de este Reino de España.

¡Cuantos bolsillos se han llenado de dinero “legal” justificado por esa ley¡

¡Cuantos inútiles libracos de “investigación” se han escrito bajo la sombra de esa ley¡

¡Cuantos actos de propaganda se han costeado con el presupuesto de esa ley¡

¡Cuantos sujetos se han “colocado” en carguetes de amiguetes con el cuento de la ley¡

Y lo peor de todo:

¡Cuantos odios han rebrotado entre miembros de la misma familia, entre vecinos de los pueblos, entre grupos humanos, y entre gente en general por la manida ley¡

Dentro de la propia Iglesia Católica se han suscitado odios, enfrentamientos y rencillas enterradas años ha, entre curas descendentes de un sector y otros de otro. Entre personas sensatas que pastorean feligresías han visto que si no entraban por el portillo de una ley inicua serían pasto y carne de banquillo judicial por incumplimiento legal.

Por lo tanto, señores del gobierno, quiten la ley de memoria histórica. Hoy mejor que mañana, porque pasado es posible que ya sea tarde.

Confieso que soy un iluso colocando la petición anterior. Pero que quede escrita aquí, porque lo escrito, escrito está.

Para saber más hagan clic aquí.

Tomás de la Torre Lendínez

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Categorías: Noticias

2 commentarios

Ovidio · 12 agosto, 2013 a las 10:27

Tanto el artículo como el comentario me parecen de una evidencia y veracidad pasmosa.
El P. Tomás de la Torre, nos hace despertar de ese estado tan cómodo como pasivo en el que nos transporta la política actual. A base de medidas periféricas y recurrentes que no son necesarias, pero sí, muy dañinas a medio largo plazo, nos hacen olvidar los gravísimos problemas actuales. Por cobardía no se corrigen errores cometidos en un reciente pasado, que no por latentes e inertes volverán a despertar y seguir su patología dañina. Al mismo tiempo por falta de coraje, de patriotismo, de sentido común, de servicio a la sociedad… no se acometen medidas que reconduzcan la dirección a la que queramos o no, estamos abocados si es que queremos salir de este mal sueño en el que la casta política nos ha metido.
Guripa. Tú comentario es inapelable, eres sobradamente inteligente para ser tan claro y directo como lo has sido en estas lineas. La inteligencia y la razón son armas que siempre acompañan al vencedor.
No creo que nadie pueda poner un mínimo «pero» a este desarrollo y planteamiento.
Hay que volver a poner la Historia al servicio de la sociedad y no dejar que los políticos la reescriban para ponerla al servicio de sus partidistas intereses. Pero no tenemos que olvidar nunca, que por muchos medios materiales que acompañen al opositor, mientras la inteligencia y la razón nos acompañen, sabiéndolos utilizar, la victoria estará de nuestra parte.

Guripa · 8 agosto, 2013 a las 6:08

Soy de los que piensa que nada se gana utilizando eufemismos y cobardeando en tablas por no tener discusiones ni enfrentamientos con quienes no están en mi línea de credo y pensamiento social y político. Hay que llamar a las cosas por su nombre, sin que se caiga en la ofensa gratuita, pero sin temer ser tan duro y exacto como la situación lo demande.

La realidad del PSOE, para cualquiera que conozca, si quiera mínimamente, su historia es que es una organización de malhechores que aspiran a lograr sus objetivos entrando en la política pero sin respetar la Ley. Lo anunció su triste fundador, Pablo Iglesias, en el primer discurso parlamentario que dio un socialista en España, el 7 de julio de 1910:

«El partido al que yo represento aspira a concluir con los antagonismos sociales, a establecer la solidaridad humana, y esta aspiración lleva consigo la supresión de la Magistratura, la supresión de la Iglesia, la supresión del Ejército, y la supresión de otras Instituciones necesarias para ese régimen de insolidaridad y antagonismo».

«El partido socialista viene a buscar aquí lo que de utilidad puede hallar, pero la totalidad de su ideal no está aquí; la totalidad entiende que ha de obtenerse de otro modo. Es decir, que este partido… estará en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad, como han estado todos los partidos, cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones».

Hasta la fecha nadie ha oído a ningún socialista actual, mucho menos a su ejecutiva de manera oficial, renegar de esas afirmaciones ni cambiarlas por otras, por lo que habrá que concluir que las respaldan tácitamente sin fisuras. Llegados a este punto la pregunta que hay que hacerse es ¿Puede un partido que basa su existencia en premisas como las citadas seguir siendo legal? ¿Puede un partido así producir algún efecto positivo en la sociedad? ¿Habrá alguien aún hoy que crea en la buena voluntad del PSOE?

La respuesta a esas tres preguntas es NO. Sin matizaciones.

Pero ahora es el turno de gobierno del PP, ese partido que algunos, la mayoría visto el resultado de las últimas elecciones, sigue llamando «la derecha española» o «la derecha nacional» o, a secas, «la derecha». Es evidente que el error no puede ser más grande y trágico para España.

El PP de Rajoy y compañía ha traicionado a todo el mundo desde el 11-M-2004. No hizo oposición a zETAp, con lo fácil que era, pues nunca jamás nadie tuvo que enfrentarse a mayor colección de incapaces e inútiles en la política occidental, no ya sólo de España. No hacer la oposición que le fue encargada por su electorado equivale a traicionar sus aspiraciones y esperanzas, prolongando la agonía, la desmembración geográfica y la ruina económica y social de nuestra nación. Pero lo peor estaba por venir, porque al llegar al gobierno, cosa que hizo por demerito del PSOE y no por méritos propios, debió derogar todas las leyes que cita Tomás de la Torre en su artículo y muchas otras más que no cita. Debió acometer las políticas que prometió en su programa electoral y debió acabar, de una vez por todas, con el PSOE y los demás partidos que representan a la anti España, que es, exactamente, lo que quiere su base social, hoy huérfana y desamparada de representantes políticos.

Como bien dice el articulista no derogar, en este asunto que nos ocupa, la maldita ley de memoria histórica equivale a sembrar, o mejor, a seguir sembrando el camino para mayores tropelías y despertares de odios y rencores olvidados hasta el advenimiento del 11-M-2004. Cuando vuelvan los socialistas y sus tradicionales socios del Frente Popular al poder, que volverán por demérito del PP y no por méritos propios, vendrán a por el Valle de los Caídos con toda la fuerza de que sean capaces para acabar con él y conseguir reescribir la historia de la Segunda República y de la Guerra Civil a su gusto. ¿Tan incapaces son en el PP para no advertir esta evidencia? ¿O es que les importa una higa todo este asunto? O peor aún ¿Es que están de acuerdo con todos esos otros partidos en alcanzar esos indignos objetivos?

Que lo mediten con serenidad en Génova 13, si es que los escándalos económicos internos y las maniobras individuales de auto salvación se lo permiten, porque su base social no va a transigir con nuevas cobardías y deserciones. España no puede consentir más deslealtades y traiciones.

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